3 de diciembre de 2008

Malditos buenos para nada

La verdad no sé como decirles a estos buenos para nada, que sólo andan haciéndole la vida de cuadritos a nosotros. A pesar de que estoy yendo a un curso budista en donde me indican de que todo es impermanente y con mis enseñanzas hindúes en donde me dejaron bien claro el desapego a lo material, llega un momento en que no te podes resistir e insultas a cualquier malparido que viene y te chinga lo que tenés.

Bueno resulta ser que un integrante de esta bola de relamidos se le ocurrió chingarme los accesorios que trae el carro. Esas putas insignias que traen con el logo de la marca del carro. Que, cuando estos hijos de cincuentamilputas se les ocurre quitárselas así por así el carro pierde algo que hace que se vuelva un vulgar medio de transporte con caracteristica de cualquierote.

Bueno ahí me miran poniéndome como la chingada que ni el mismo Belcebú se me ponía al brinco de lo enojado que estaba. Maldije, escupí al suelo, orine en el portón del vecino, patee a un gato, le grite en el oído a un sordo, le robé los lentes a un ciego, fui a una iglesia y grite... “por que yo maestro, por que yooooo” y tiré el agua bendita sobre las pecadoras que rezaban el rosario, vi a un pastor y le quité la biblia y le arranque todas las paginas, le pinche la bola a un niño, fui a la casa de la vecina y le dije todo lo que hice con su hija. Y de ahí me ven comprando en el mercado la presidenta las insignias que le robaron al carro y yéndole a poner remaches para que no se las vuelvan a robar.

Pinches antisociales. Búsquen algo mejor que hacer...

El desahogo me hace bien... gracias.