13 de diciembre de 2008

Broken Mirror

De pequeño me enseñaron a no maldecir. Que era malo venir y desearle mal a alguien. Que era de lo peor decirle maldito, pura mierda, hijo de puta, malaparido, y cuantos calificativos negativos de su personalidad generaba esa persona. Me decían que no lo hiciera, por que esos malos deseos rebotaban y le caería a uno después.

Pero que pasa cuando te encuentras con alguien manipulador, ese riun que se dispone a cambiar la vida de las demás personas por que encuentra las palabras correctas para cambiarle el mundo a alguien. Tan poco se valora, acaso no habías escuchado los consejos de esa persona y ver como destruyó ya vidas anteriores.
Acaso no te das cuenta que esa persona le dio un giro completo a tu vida y te volviste de una manera, donde ahora nosotros somos los malditos, hijos de puta, pura mierda por que no comprendemos que es lo que sucede.

Acaso no te das cuenta que nosotros seguimos siendo los mismos, y la persona que cambio fuiste tu. Por que ahora nos tratas así.

[quienes de ustedes han tenido esta plática al espejo... yo no quisiera tenerla. Espero que no la vuelvas a tener.]

5 de diciembre de 2008

Me delataron

Que podía hacer. Una tarde platicando con el estimado braliem jousc le dije sobre el lado oscuro de la fuerza que me domina. Ese que no me gusta sacar y que al final me termina picado el hígado. Ese lado B que todos tenemos, pero como buena característica la sacamos en el debido tiempo.

Mi estimado se refería a mi como Pato Malo cada vez que miraba que algo me emputaba. O como me chingan otros amigos “la vena, ahí viene la vena” por que me hacían comentarios que me enojaban, jajaja me daba tanta risa cada vez que me lo decían, pero era cierto.
Tenía esa cosquilla en que me emputaba tan rápido como una pastilla de alka seltzer. No se si les pasa este tipo de mierdas pero uno estalla tan rápido que no hay poder que lo contenga.

Si, de ahí esas cosas de que mejor respira, contá hasta diez... ajá, mi huevo. Como si los putos números fueran a bajarle el enojo. Resulta ser que los número son alivo de enojo, ¿quién putas se invento eso?
Para mi el mejor des ahogo que tengo es este. Escribir tal y como se me antoje y decir las cosas como de la manera que quiero.

3 de diciembre de 2008

Malditos buenos para nada

La verdad no sé como decirles a estos buenos para nada, que sólo andan haciéndole la vida de cuadritos a nosotros. A pesar de que estoy yendo a un curso budista en donde me indican de que todo es impermanente y con mis enseñanzas hindúes en donde me dejaron bien claro el desapego a lo material, llega un momento en que no te podes resistir e insultas a cualquier malparido que viene y te chinga lo que tenés.

Bueno resulta ser que un integrante de esta bola de relamidos se le ocurrió chingarme los accesorios que trae el carro. Esas putas insignias que traen con el logo de la marca del carro. Que, cuando estos hijos de cincuentamilputas se les ocurre quitárselas así por así el carro pierde algo que hace que se vuelva un vulgar medio de transporte con caracteristica de cualquierote.

Bueno ahí me miran poniéndome como la chingada que ni el mismo Belcebú se me ponía al brinco de lo enojado que estaba. Maldije, escupí al suelo, orine en el portón del vecino, patee a un gato, le grite en el oído a un sordo, le robé los lentes a un ciego, fui a una iglesia y grite... “por que yo maestro, por que yooooo” y tiré el agua bendita sobre las pecadoras que rezaban el rosario, vi a un pastor y le quité la biblia y le arranque todas las paginas, le pinche la bola a un niño, fui a la casa de la vecina y le dije todo lo que hice con su hija. Y de ahí me ven comprando en el mercado la presidenta las insignias que le robaron al carro y yéndole a poner remaches para que no se las vuelvan a robar.

Pinches antisociales. Búsquen algo mejor que hacer...

El desahogo me hace bien... gracias.